¿Se nace para la cocina? Una pregunta que podrían contestar muy bien todas aquellas personas que se dedican a tan maravilloso oficio. El deleite por la comida lo tenemos todos, nos gusta poder dar nuestra opinión sobre algún platillo que nos ha parecido delicioso o soltar una critica cuando es todo lo contrario. Y es que pareciera ser no suficiente deleitarse con la comida, sino también participar de ella.
Para dedicarse a la cocina no es suficiente tener solo habilidad, sino también pasión. El quehacer gastronómico es una actividad muy sacrificada, pero que a la vez trae muchas satisfacciones. Por ello no cualquiera puede pretender dedicarse a la cocina, para ser un buen cocinero se necesita tener ciertas características:
Humildad: Ser un buen cocinero implica saber manejar adecuadamente el reconocimiento. Esta profesión tiene como objetivo la satisfacción del comensal, por lo que se debe tomar con responsabilidad y crítica el papel que se desempeña, sin caer en triunfalismos que alimentan el ego.
Pasión: Sin duda una de las cosas que te motiva a hacer las cosas es la pasión. Sin esta, no puedes pretender hacer más cosas e ir más allá en lo que te gusta. La gente que se dedica a la cocina y no tiene la pasión, pues sencillamente no disfruta lo que hace.
Dedicación: Puedes estar horas y horas en un trabajo, pero si realmente te gusta lo que haces, ese tiempo pasa desapercibido. Esto es justamente lo que caracteriza a los cocineros, esa dedicación que le ponen a lo que hacen.
Trabajo en equipo: La cocina es muy compleja, y una sola persona no puede pretender darse abasto ella sola, por lo que tiene que comprender que la mejor forma de trabajar es en quipo. Además, tiene que ver la forma de hacer entender a cada uno de los miembros que su labor es importante y que el éxito dependerá del trabajo en conjunto.
Innovación: La cocina está constantemente innovándose, por lo que hay que ir experimentando con nuevas combinaciones, nuevos sabores; tratando de cautivar cada vez más la atención de las personas que disfrutan de la buena comida.
Tradición: Esta es una parte muy importante, ya que se trata de la identidad de la comida. Se pueden crear miles de platos nuevos, pero lo que siempre prevalecerá es la tradición de los ingredientes. Algo que un buen cocinero debe saber respetar y reconocer.
Las cualidades que debería tener de un buen cocinero están estrechamente ligadas a la disciplina; la cual no se obtiene al nacer, sino que se va adquiriendo con el tiempo. Es esta actitud hacia las buenas prácticas lo que determina su éxito o su fracaso.